¡Una trotamundos!

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A sus 72 años de edad una vecina del cantón de Santa Bárbara quien por preferencias personales no quiso revelar su nombre nos cuenta sobre su vida.

Primeramente nos cuenta que es nativa de Miramar de Monte de Oro de Puntarenas, donde vivió parte de su niñez; pero también nos hace un gran recuento de los lugares donde ha vivido, prácticamente ha estado en muchos rincones de Costa Rica y hace 14 años es vecina del cantón de Santa Bárbara donde dice sentirse muy a gusto.

A pesar de que apenas tiene un año y ocho meses de visitar el Centro Diurno de Ancianos de Santa Bárbara (Cendas) asegura que es un gran lugar, donde cada día que se pasa es un revivir, el centro es como una casa para nosotros, acá nos venimos a despreocupar de las cosas que pasan a nuestro alrededor, siempre nos sentimos acompañados y queridos por todos.

Soy una especialista en Teología nos afirma la amable señora, quien además fue educadora de cuando joven como profesora de religión, su vocación es tan grande que impartió clases en primaria y secundaria, además de instituciones públicas como privadas. Todavía suelo reunirme con algunos colegas a pesar de que no compartimos las mismas aulas, por ejemplo me reúno con los compañeros del ANDE y APSE.

Casi no veo a mis ex alumnos porque son de diversos lugares, pero existe uno que diariamente lo veo por las noticias y es el actual periodista deportivo Randall Vargas, que al menos lo veo por medio de la televisión.

Gracias a Dios he tenido la bendición de conocer muchos lugares… viví en México exactamente en el Distrito Federal, y la verdad quedé enamorada de ese país, “vieras que no lloré cuando me fui de Costa rica, lloré cuando me vine de México” afirmó la porteña. Tuve la oportunidad de conocer muchos lugares de allá, hay algunos que con el pasar del tiempo no los recuerdo, los que tengo más presente son Xochimilco que me gustó mucho, ahí tuve la oportunidad de viajar en unas barcas donde los mariachis van tocando sus mejores canciones y además las adornan con muchas flores, simplemente es maravilloso.

Visité Puebla e hicimos un recorrido por el desierto de Sonora por la noche en un autobús que duró varias horas el recorrido hasta llegar casi a la frontera con Estados Unidos. En el tiempo que estuve viviendo en México aproveché para tomar algunas clases de griego y hebreo de lo cual recuerdo algunas cosas y no todas. Al momento de venirme para mi país lo hicimos el bus, y tuve la oportunidad de conocer todo Centroamérica, desde Guatemala hasta Nicaragua.

Después de haber ido a México fui a Europa, estuve un tiempo en Francia donde tomé clases de francés, también estuve en Roma, Italia. Pero lo más impresionante fue haber conocido Tierra Santa donde estuve un mes en Jerusalén la tierra de nuestro Señor, estuve ocho días completos entre los desiertos de Sinaí que también la llaman como la ciudad dorada porque la arena es amarillenta y las piedras de igual manera entonces al atardecer con los rayos del sol todo se ve de color dorado, los atardeceres son espectaculares. Fui a Israel y nos llevaron a conocer el Mar Muerto y el Mar Rojo pero de rojo no tiene nada afirma la porteña; porque nos asegura que el agua es azul. Nos cuenta que su nombre de Mar Rojo se debe al atardecer reflejado en el agua y que de una vez aprovechó para bañarse tres veces en él.

Además tuve la dicha de conocer Galilea y su mar que lleva el mismo nombre, luego de eso nos llevaron al Monte del Sermón de la Montaña. Entre tantos lugares que visitó no pudo faltar la visita a la casa de María donde ahora la recuerda con alegría y asombro. El monte donde murió Jesús en la cruz también fue testigo de los pasos de esta tica, quien aún está asombrada de lo que pudo vivenciar.

Pero ahí no termina su recorrido, también visitó la basílica que está ubicada donde nació Jesús en el pesebre y pudo asistir a la misa que se realizó en español para dicha y suerte de nuestra trotamundos. Para culminar pasó un mes más en San Juan de la Montaña donde recibió un pequeño curso de judaísmo.

Me declaro una amante de la naturaleza, con facilidad me siento a contemplar cada pedacito de tierra que Dios nos regaló. No tuve la necesidad de casarme ni de tener hijos, siempre he sido muy feliz con lo que El Señor me ha regalado. Por eso doy gracias infinitas a éL por las bendiciones tan grandes que me ha dado en la vida.

Entrevista realizada por: Krisly Arguedas Ramírez.

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