¡Fui dama de honor!

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A sus 83 años de edad y en recuperación de problemas de salud doña Luisa Fernández Salas una barbareña de sepa nos brinda un poquito de su tiempo para compartirlo con todos nosotros. Toda una vida de ser oriunda del cantón de Santa Bárbara y 26 años de vivir en el centro del mismo, doña Luisa nos cuenta cómo fue que llegó al Centro Diurno de Ancianos de Santa Bárbara (Cendas).

“Viví en Zetillal desde pequeña, ahí fue donde me crie y crecí, con el pasar de los años y ya con un poco más de edad se me presentó la oportunidad de venirme para el centro del cantón y lo hice. Apenas llegué a mi nueva casa una señora me habló sobre Cendas, de inmediato y sin pensarlo fui a ver de que trataba ¡y véame aquí estoy todavía después de 26 años!” confirmó Luisa.

Luisa Fernandez

Muy contenta nos recuerda el día que fue una dama de honor junto con otras tres compañeras del centro. “imagínese me escogieron como dama de honor para el cumpleaños de Purecita” nos dijo con una gran sonrisa, también dos dio detalles de la celebración como el sombrero que tenía que llevar para poder ser dama y desfilar en la fiesta y de los medio de comunicación que cubrieron la actividad y participaron con ellos. Charlando de otros temas doña Luisa nos hace un pequeño recuento de lo que fue su cantón hace muchos años, nos indica que todo era distinto, por ejemplo en las calles andaban las vacas sueltas sin arrear y nada era asfaltado todo era de calles de piedrillas y tierra.

La gente era muy sana y respetaba lo ajeno, porque la gente ahora ha cambiado mucho según Luisa, cuando alguien moría los vecinos iban a acompañar a la familia, recuerdo que se acostumbraba a llevar un tecito para tranquilizar a los familiares o llevar algún pancito, en cambio ahora si acaso la gente va al funeral. Con todo había mucha tranquilidad, yo de diez años arreaba bueyes y vacas solita y nunca me pasó nada gracias a Dios, aunque las cosas eran muy difíciles todo era muy sano y la gente era más humanitaria, hoy día cuesta más que los seres humanos sean solidarios y que ayuden al prójimo.

Toda la vida trabajé en el campo porque eso era lo que acostumbraba la mayoría de la gente a hacer, aprendí a hacer maíz y coger café cuando estuve en tercer grado de la escuela mis papás me sacaron para que les ayudara y comencé a trabajar. He sido muy trabajadora, recuerdo que estuve 14 años de cocinera en la escuela de Setillal, eso fue hace mucho tiempo ahora me encuentro con algunos de los alumnos de ese entonces y ya están adultos con sus vidas formadas.

Hace décadas atrás Santa Bárbara no tenía tantas comodidades como ahora, o único que antes veía la gente era una pulpería y la plaza que estaba donde hoy es el parque. Las celebraciones las hago igual, como Semana Santa y la Navidad, si se me viene a la mente la cantidad de personas que iban a las procesiones de la Semana Mayor porque antes solo en el centro de Santa Bárbara se hacían, ningún distrito las realizaba en ese entonces. El cantón poco a poco ha ido evolucionando y me parece muy bueno porque hay mucha comodidad “antes para comprar un calzón había que ir hasta Heredia o Alajuela” afirma Fernández entre risas y agrega que además los buses que habían duraban mucho para salir.

De joven nunca hice deporte como muchas muchachas que uno ve hoy, sólo me dediqué a trabajar, por dicha aún tengo muchas amigas de verdad, cuando estábamos más jóvenes íbamos a los turnos que se hacían, ahora no lo puedo hacer por los problemas de salud que han afectado.

Para entretenernos era muy difícil porque no habían tantas cosas como hoy, algo que no se me olvida es que me costó mucho comprarme mi primer televisor porque en aquellos tiempos era muy caro y tras de eso eran en blanco y negro, hasta el tiempo fue que salieron los de color, luego cuando tuve mi radio escuchaba un programa que se llamaba “El rosario del santulón” además de música que eran boleros y vals.

¿Recuerda cuando cumplió sus 15 años?

Ni me di cuenta cuando los cumplí, antes no nos acostumbraban a esas cosas y mucho menos fiestas de 15 años, sólo ahora que si nos celebran los cumpleaños. No se nos podían celebrar los cumpleaños porque las familias eran muy numerosas, en mi casa éramos 13 hermanos; todos muy unidos y con mucho respeto hacia nuestros padres así que no podíamos pedir lo que no se nos podía dar.

Gracias a eso aún conservo los valores con los que crecí, el trabajo, ser muy casera y sobre todo el respeto a las personas mayores. Ahora la juventud está muy perdida, por eso yo siempre les digo: “válganse de Dios para que los ayude a no caer en tantos vicios, con Dios hacemos de todo y sin Dios no hacemos nada” muy sabias palabras de una caminadora de la vida, Luisa Fernández Salas.

Entrevista realizada por: Krisly Arguedas Ramírez.

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