Ya nada es igual…

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Virgita González

A sus 78 años de edad doña Virgita González Peñaranda nativa de San Pedro de Santa Bárbara nos cuenta un poco sobre su vida, muy amablemente nos atiende con una sonrisa acogedora y contagiosa.

Primeramente nos cuenta que tiene 54 años de vivir en el centro del cantón barbareño y 12 de visitar diariamente al Centro Diurno de Ancianos de Santa Bárbara de Heredia, inmediatamente nos aclara que si falta es por razones justificables como una cita al médico o por enfermedad. “me duele faltar porque es muy bonito” aclaró Virgita. Recordando de cómo era su vida tiempo atrás nos cuenta que en la parte comercial el cantón ha cambiado mucho, “para comprar pollo había que ir a Heredia en cazadora como se le conocía a los buses antes” exclamó González con una sonrisa de por medio. Los “buses” que existían pasaban cada hora y estaban hechos de madera y latas.

Virgita González

Mi infancia fue muy diferente a la que ahora puede tener cualquier niño, me crié en una finca que mi papá administraba y me obligaban a trabajar desde pequeña cogiendo café, jalando leña y ya más grandecita comencé a travesear en la cocina para poder aprender. Antes era rápido cocinar con leña porque rápido se calentaban los peroles en la cocina de hierro.

Lo que más se acostumbraba a cocinar en mi casa era olla de carne todos los días, en la mañana se hacía arroz blanco y en la noche arroz con achote por lo general acostumbrábamos a almorzar a las nueve de la mañana, ya que todos nos levantábamos muy temprano. A la hora del desayuno se acostumbraba a comer tortilla palmeada o pan con una buena taza de café chorreado, como postre no existía mucho lo más común eran las tapas de dulce, conserva de toronja y arroz con leche. Para la celebración de Semana Santa solo se asistía a misa porque no daba tiempo de hacer comidas especiales por las obligaciones del hogar, lo que se realizaban eran tamales mudos. Con un brillo en los ojos doña Virgita nos cuenta la costumbre que se tenía para esos tiempos “no nos dejaban bañarnos en la Semana Mayor porque mis papás me decían a mí y a mis hermanos que si lo hacíamos nos convertíamos en peces”.

Para la época de Navidad tampoco se celebraba como ahora, antes la tradición era hacer los portales con mucha devoción y respeto y visitar las casas el 25 de diciembre para ver los pacitos y que a la vez nos dieran tamales. Casi no nos daban regalos y por lo general tampoco eran muy buenos lo que solían darnos era la ropa que nos tenía que durar todo el año, porque solo para Navidad nos compraban. Cuando estaba pequeña no se acostumbrara a celebrar los cumpleaños ¡Hasta ahora me lo celebran! Recuerdo también que cuando me enfermaba iba a la farmacia para que me viera el Dr. Giraldo Lizano quién tenía una farmacia que hoy día se conserva en el centro del cantón, también recuerdo que existía una unidad sanitaria, ya si la enfermedad persistía debíamos ir al centro de Heredia.

Cuando estaba joven me gustaba mucho el futbol pero mis padres no me dejaban practicarlo, ya que se creía que era un deporte solo para hombres en aquellos tiempos entonces lo que hacía era ir a verlo nada más. Hablando de temas familiares, mi relación fue muy bonita éramos 13 hermanos pero siempre vi a mi papá como un ogro al cual le tenía miedo en lugar de respeto. Cuando me gustaba algún muchacho iba a misa porque era la manera más fácil de poder verlo?

“Ya nada es igual” comentó Virgita cuesta mucho conservar las tradiciones y costumbres porque con el tiempo todo cambia yo simplemente me amoldo a lo que haga mi familia, voy de la mano con los cambios porque hay que acostumbrarse.

Devolviéndonos un poco hacia la fachada del cantón herediano doña Virgita nos menciona que en lo que hoy conocemos como el parque antes era una plaza donde se veían los partidos de futbol, ahora en lugar de plaza tenemos estadio aclaró con alegría. En la esquina del parque donde hoy se encuentra el Súper Víquez antes lo que había era una pulpería y una cantina además antes en el centro de Santa Bárbara solo existía una carnicería. Para ir a pasear íbamos en carreta con un manteado para taparnos el sol y los que no entraban en la carreta iban detrás caminando.

Conocí el mar ya casada y la primera vez que fui al cine fue en la luna de miel cuando tenía 19 años, las butacas no son como las de ahora antes eran duras? el cine que conocí fue el cine Líbano y el Adela y recuerdo que las películas que pude ver fueron de Pedro Infante y Libertad Lamárque. Para estudiar tenía que ir de Birrí hasta la Escuela Normal en Heredia durante mis estudios recibí clases de cocina y costura además tenía una maestra de dibujo que se llamaba Violeta.

En esos tiempos no existían los uniformes solo me acuerdo usar un delantal de color café clarito con el nombre de la institución. Todo con el pasar del tiempo cambia, pero algo que no ha cambiado es que aún me mantengo ¡Liguista de corazón! Algo que si me preocupa en tiempos actuales es la falta de respeto y el libertinaje que tienen los jóvenes. A los adultos mayores casi no nos respetan tristemente?

Entrevista realizada por: Krisly Arguedas Ramírez.

 

 

 

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