Fui un buen jugador

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Adbulio Jiménez Araya

Entre fuertes vientos y un sonido de fondo del bingo que realizan por las tardes los integrantes del Centro Diurno de Ancianos de Santa Bárbara de Heredia (Cendas) don Abdulio Jiménez Araya nos abre las puertas de su vida.

Con 76 años de edad don Abdulio nativo de Desamparados de Alajuela (aún vive ahí) y ocho años de visitar Cendas nos hace un recuento de sus vivencias en el cantón herediano Santa Bárbara. Cendas es una gran casa para nosotros porque aprendemos mucho, es como una segunda casa. ” Todos nos llevamos muy bien, pero siempre he tenido una excelente relación con Hurtavio Mejía, Noé Araya y don Hernán; a las muchachas que siempre están al pendiente de todos nosotros (Laura Campos y Analive Alfaro) las vemos como una madre” argumentó don Abdulio.

Adbulio Jiménez Araya

Conversando sobre el cantón don Abdulio nos cuenta con pocas palabras lo que él recuerda. Santa Bárbara era menos comercial, ahora vemos negocios por todos lados. Donde se encuentra el parque antes era una plaza de futbol, además había muchos terrenos con matas de café y lo que se encontraban eran casas viejas.

La mayoría de personas que conocí en mi infancia y juventud ya han muerto, aún conservo un conocido de hace muchos años y es Carlos Alvarado ex portero de La Liga Deportiva Alajuelense (Liga) que en su tiempo fue muy famoso y reconocido, a veces me viene a visitar al Centro y conversamos un rato.

De niño fui muy pobre, con respecto al estudio pude llegar hasta segundo grado de la escuela mis papás me sacaron de estudiar para ir a coger café e ir a vender leche en alforjas, luego me iba para San Pedro de Santa Bárbara a vender tomates y flor de itabo, los tomates los pesaba en la mano “a puro cálculo” comentó entre risas Jiménez.

Cuando comencé a trabajar me pagaban 6 reales por “jornal” o sea cuatro colones y medio por semana. La persona que antes tenía 100 colones en la bolsa era millonaria. Yo me detengo a pensar y ver cómo pasa el tiempo y ahora Santa Bárbara es como una ciudad porque tiene de todo, antes solo eran puras casitas de bahareque ¡en mi casa dormíamos seis en una sola cama! Y el que no entraba tenía que dormir en el piso, antes las cosas funcionaban así porque las familias eran muy numerosas y con muchas limitaciones, sobre todo económicas.

Otra cosa diferente a hoy es que la comida era legítima, nada de químicos ni esas cosas y por eso alimentaba más. A pesar de todos los cambios que he podido presenciar me parece muy bien el avance que tiene el cantón y si en mis manos estuviera el mando del pueblo restauraría el estadio municipal porque está muy abandonado ya ni equipo tiene Santa Bárbara ni mejengas que pueda ir a ver.

El futbol siempre me ha gustado mucho, de hecho yo tuve la oportunidad de jugar el estadio de aquí, recuerdo que el equipo con el cual yo jugué se llamaba “El Machado” y habíamos buenos jugadores como El Maco, El Negro y Somoza que son los que recuerdo más lúcidamente. Me declaro liguista de corazón (toda mi familia también). Gracias a Dios mi familia es muy unida y siempre me han apoyado con mis cosas, ahora disfruto de mis 5 hijos y mis 2 bisnietas que me hacen muy feliz.

De algo estoy muy orgulloso y es de las tradiciones con las que fui criado y aún conservo, siempre he tenido el trabajo muy arraigado porque de joven tuve que dar la cara por mi familia porque mi mamá quedó viuda cuando yo solamente tenía 1 año de edad. Como consejo para los jóvenes de hoy les digo que se porten bien porque la vida es muy bonita y sólo tenemos una, y es la que estamos viviendo.

Entrevista realizada por: Krisly Arguedas Ramírez.

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