Luchadora de armas tomar

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Amada Sanchez

Doña Amada Sánchez nacida en Sarapiquí de Heredia nos relata su experiencia en el cantón de Santa Bárbara. Primeramente me vine para Alajuela unos años y luego para acá, decidí cambiar de lugar para vivir cuando mis hijos ya estaban grandes.

A sus 66 años de vida Amada nos dice que tiene 25 años de haber llegado al cantón barbareño pero es una de las más novatas dentro del Centro Diurno de Ancianos de Santa Bárbara (Cendas) pues el primero de agosto de este año cumplirá su primer año como miembro del centro.

También nos hace un recordatorio de lo que recuerda sobre el cantón desde su llegada. “el cantón ha cambiado poco, lo que si recuerdo que ha cambiado es el centro que antes era una casita pequeña y ahora es muy moderno y grande, en ese momento yo no sabía que era un centro de ancianos porque siempre trabajé muy duro toda la vida, casi no pasaba en la casa porque tenía dos turnos de trabajo” afirma Amada.

Amada Sanchez

Este centro es muy importante y me da lástima no haberme dado cuenta antes de que existía, porque es muy lindo y nos atienden muy bien a cada uno de nosotros. Yo ayudo en lo que pueda porque sé que detrás de mí vienen más personas que también asistirán como yo lo estoy hacienDoña Amada Sánchez nacida en Sarapiquí de Heredia nos relata su experiencia en el cantón de Santa Bárbara. Primeramente me vine para Alajuela unos años y luego para acá, decidí cambiar de lugar para vivir cuando mis hijos ya estaban grandes.do, tal vez no haga cosas muy bonitas o de mucho valor pero si puedo ayudar lo hago.

Cendas es como el kínder que no tuve de niña, aquí aprendí a jugar enano-gigante, nos lleven a pasear, compartimos con los compañeros y nos divertimos también. He tenido todo lo que no tuve. De pequeña me dediqué al campo y por eso no pude ir a la escuela, sembraba de todo y me levantaba temprano para ayudarle a mi mamá con las labores del hogar. En todo ese tiempo no supe leer ni escribir, hasta hace poco que las hermanas de la iglesia católica me enseñaron por lo menos lo básico.

Siempre he trabajado mucho, primero en casas donde ahorré y me compré una máquina de coser y me dediqué a la costura por un tiempo, pero lo tuve que dejar porque me costaba mucho ver, entonces me fui para una fábrica donde trabajé algunos años y me pude pensionar, porque desafortunadamente en los otros lugares donde trabajé nunca me aseguraron nos cuenta con un poco de timidez Amada.

De joven sólo hacia costuras y algunas veces cuando no había mucho trabajo hacía tamales y empanadas para vender y darle de comer a mis hijos porque tenía que sacarlos adelante como diera lugar. Lastimosamente por las circunstancias mis hijos tampoco tuvieron mucho estudio como yo, pero no me quejo del regalo que Dios me dio de tenerlos, ahora cada uno tiene su trabajo y familia.

Después de haberme pensionado me di cuenta de que existía el centro por unos hermanos de la comunidad y desde entonces me he sentido muy bien, y si hay algo que no me gusta lo digo, porque me gustan las cosas de frente. Pero Cendas significa un lugar de descanso y diversión.

Con respecto al cantón el desarrollo del comercio ha sido notable, por ejemplo: antes el súper Víquez era una pulpería y no ese supermercado que vemos hoy, y así con la mayoría de los comercios. En ciertos casos es bueno el desarrollo del cantón porque nos vemos beneficiados, pero no me parece que el desarrollo esté en manos de unas cuantas personas nada más.

Las tradiciones que más recuerdo de antes era matar un chancho en Navidad y hacer tamales junto con el rosario del niño que es una tradición muy tica y que todavía la conservo. La vida cuesta mucho, hay que hacer muchos sacrificios que valen la pena.

Lo único que yo le aconsejo a los jóvenes es: “cuiden la juventud y no agarren vicios, además de que cooperen con los hogares de ancianos porque algún día serán ancianos como nosotros” concluyó doña Amada.

Entrevista realizada por: Krisly Arguedas Ramírez.

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